domingo, noviembre 12, 2006

VIERNES 3PM

Para Enrique fue una semana agotadora, ese día logró escaparse del trabajo más temprano de lo normal. En la semana durmió poco trabajando en la presentación que lo tenia muy acongojado para ese día viernes, su esfuerzo se vio recompensado con las felicitaciones de sus superiores y la opción real de ascender de puesto. A esas alturas de la tarde, cuando iba camino a casa, poco le interesaba el ascenso, solo quería descansar y pensar en cualquier cosa menos en trabajo. Lo laboral es una cosa, lo sentimental es otra, tal vez más agotador era no tener noticias de su novia que le pidió tiempo, a lo que él asumía que era el fin de todos los proyectos que tenian juntos. Se agrega a eso la inesperada grave enfermedad de un familiar cercano. A medida que iba caminado y pensando ya no le atraía la idea de llegar tan luego a casa. En su ruta se encontraba el bar de Don Isaac, lugar de encuentro de los bohemios del sector. Tenia la costumbre de visitarlo después de los paseos nocturnos, en los que aclaraba sus ideas con los estímulos que le entregaba el observar gente. Pocas veces iba los días viernes y menos a las 3 de la tarde, al pasar por ahí se da cuenta que los visitantes del bar no son los mismos que en la noche y que en número los superan por bastante. Tal vez no siempre era así y los 34 grados de ese día habían convertido a ese cuchitril en un imán para las sedientas almas de la tarde. No estaba con ganas de estar con tanta gente y decide seguir camino al bar de Don Roberto, no iba a ese lugar desde que se trenzo a golpes con el uruguayo que le sacaba en cara la final de la copa libertadores de América cuando el Peñarol le ganó a Cobreloa en un electrizante partido de fútbol. Desde esa descomunal pelea donde no hubo vencedor ni vencido ya había pasado mucho tiempo. Es así como decide caminar una par de cuadras al que fuera en su momento un improvisado ring. Para hacer el trayecto mas corto conecta los audífonos a sus oidos y camina escuchando esa canción que habla de la muchacha argentina de 15 años que vive con su familia en Brasil cuando los afecta la crisis asiática y todo se les vino abajo, a causa de esto cae en la prostitución y las drogas y amanece cada día en Ipanema soñando con el indiecito Solari, su tía en argentina y la anfetamina. Meditando sobre aquello y casi distraído alguien lo toma del brazo sutilmente a lo que él reacciona casi alterado, se da vuelta y ve a una mujer morena, extranjera, de ojos almendrados y pelo liso de color negro intenso que le hablaba, saca los audífonos de sus oidos y la escucha hablar:

- Oh! perdón, no quise molestar
- no, no es molestia – contesta el al darse cuenta de la belleza que lo habia interrumpido
- estoy buscando una central de Internet, ¿sabes donde puedo encontrar una?
- Si claro, eehh cerca de aqui hay una, si quieres te acompaño.
- ¿Si? Que bien, gracias

Siguieron caminado por esas calles viejas y estrechas, cruzaron por la iglesia de colores que a la entrada tiene la figura de San Alejo y San Benito, vieron salir a los niños de un jardín infantil, una señora que pasó frente a ellos les regalo una sonrisa, ella le hablaba de su natal Maracaibo en el estado de Zulia Venezuela y que su alma de viajera la había llevado, en circunstancias que ni ella se explicaba, a Santiago de Chile. Algo muy parecido le había pasado a él años atrás, después de recorrer muchos lugares se radicó en esa ciudad sin saber el por que. En ese momento aclararon todas esas dudas y al cabo de unos meses ya vivían juntos, el fue ascendido en su trabajo y su familiar cercano fue sepultado junto al resto de la familia que ya había partido.

1 comentario:

El espejo de la vida dijo...

Ante todo quiero felicitarte me ha gustado mucho tu blog, se ve que tienes talento y mucha inspiracion, te deseo mucho exito en tu vida .. Elizabeth